Biografía de Sergio Vargas
Sergio Pascual Vargas Parra, a quien el mundo
musical conoce como
Sergio Vargas, es un cantante
de merengue y bolero. Nació en Villa Altagracia, República
Dominicana, el 15 de marzo de 1960. Popular y exitoso en las
décadas ochenta y noventa, llamada época de oro del merengue, hoy
se le califica como uno de los referentes del género.
Durante las últimas dos décadas del Siglo XX la discografía del
cantante fue la más importante, por el número de ediciones y la
popularidad obtenida, gracias a su talento y gran capacidad de
trabajo.
Niñez, Juventud y Vida Familiar
Sergio Vargas, hijo de Sergio Vargas y de Ana Parra, quien murió
cuando el niño solo tenía seis años de edad, se crio junto a su
abuela. La humilde familia habitaba en las viviendas cercanas a un
ingenio azucarero de Villa Altagracia. Desde muy temprana edad
Sergio trabajó junto con su familia en los cañaverales, donde,
machete en mano, interpretaba algunas canciones; en su tiempo de
descanso también cantaba y tocaba la guitarra, siguiendo las
primeras lecciones que le dio su papá. Es el mayor de los
hermanos.
En una entrevista con el conocido periodista dominicano Tony
Dandrades en 2019, el popular merenguero habló sobre la actividad
musical, en la que encontró un vehículo para superar la pobreza.
Siendo mayor que sus ocho hermanos, criados en condiciones de mucha
precariedad material, le pidió a Dios que lo ayudara a salir
adelante. Con satisfacción declara que “le ganó a la pobreza”.
Inicios de Sergio Vargas en la Música
En su pueblo natal Sergio Vargas empezó a darse a conocer como
cantante, daba serenatas y también era miembro de una agrupación
musical llamada “La Banda Brava”. Estaba entusiasmado con el
Festival de La Voz, organizado por el músico dominicano Rafael
Solano, bajo el patrocinio del canal 9 de televisión de Santo
Domingo; en 1980 decidió acudir y quedó de segundo -entre cerca de
ochocientos competidores- al interpretar la balada
“Amor”,
que se hizo famosa en la voz del hoy fallecido cantante mexicano
José José.
En 1982 ingresó a la orquesta de Dionis Fernández, una de las
principales agrupaciones musicales de su país en aquel momento,
comenzó entonces su proyección como merenguero al interpretar
canciones que resultaron bien exitosas como
"Los diseñadores",
"Al ritmo de la noche" y "Un hombre y una mujer", entre
otras.
Género musical
El estilo musical que ha cultivado Sergio Vargas es el merengue,
tiene una voz privilegiada para interpretar exitosamente este tipo
de música al que su timbre vocal se acopló desde un principio.
También ha incursionado en el bolero, la bachata y la salsa, entre
otros géneros musicales.
Trayectoria y Legado
Sergio Vargas considera que su carrera artística comenzó realmente
en 1986, cuando se unió a
Los Hijos Del Rey como cantante
principal de la orquesta y grabó su primer disco; así lo comentó en
una entrevista con el periodista Iván Ruiz para el programa Énfasis
de su país. En la orquesta, que en sus inicios estaba liderada por
Fernando Villalona y
Raulín Rosendo, Vargas debutó con el disco
“Sergio Vargas y Los
Hijos de Rey”. Fue en esa agrupación donde empezó a hacerse
popular, tanto que la orquesta llegó a tener clubes de seguidores
en Puerto Rico, Venezuela, Panamá y la costa Este de los Estados
Unidos.
Ese mismo año sacó a la venta su primer LP
"La quiero a
morir", con el sello discográfico Karen Records, del cual
salió el sencillo con el mismo nombre, una versión en español de
“Je l'aime à mourir” del cantante francés
Francis Cabrel. La canción se ubicó
en los primeros lugares en todas las emisoras del territorio
quisqueyano. Un año más tarde, Sergio Vargas fue premiado en su
país como Mejor Intérprete del Año y Mejor Disco del Año. Después
de ganar gran popularidad como merenguero, firmó uno de los mejores
contratos de la época para un cantante de merengue, con la
acreditada corporación CBS.
En 1987 grabó otro álbum junto a Los Hijos del Rey, titulado
“La tierra tembló", que resultó muy impactante y le
permitió darse a conocer más ampliamente gracias al enorme éxito
internacional; ese año obtuvo en su país el galardón Mejor
Intérprete del Año y, con el tema
“La quiero a morir”,
ganó el premio Mejor Disco del Año. A partir de esas experiencias
aumentó su prestigio y se le abrieron puertas más amplias en el
ámbito de la música popular de la época.
Al año siguiente el cantante decidió lanzarse como solista y la
mayoría de los músicos de la orquesta se fueron con él, excepto
Diómedes Nuñez y Orvis García, quien se le unió poco después.
Vargas sacó al mercado el LP
“Ciclón (Festa do Interior)”,
su primera producción en solitario, respaldado por el sello CBS
International y con el mismo mánager, Cholo Brenes. Los arreglos
estuvieron a cargo de Sonny Ovalles y del pianista Juan Valdez. De
ese disco los sencillos fueron
"Ciclón (Festa do Interior)",
"Marola", "Al otro lado del sol", "Bamboleo", "Esta casa humilde",
"Días de junio" y
"Perla negra".
Ese año de 1988 el cantante fue reconocido por la Asociación de
Cronistas de Arte de República Dominicana, al otorgarle el premio
Casandra por su concierto titulado
“Sergio”; evento que
fue galardonado como espectáculo del año. Sergio Vargas también
obtuvo el premio Casandra al mejor videoclip por la canción
“Las vampiras", del compositor dominicano Luis “Terror”
Díaz. En 1989 CBS International le ofreció un contrato discográfico
que, después de varias consideraciones, terminó por aceptar.
Un año muy productivo y de muchas gratificaciones en la trayectoria
del cantante fue 1991. Sergio Vargas, después de participar en el
programa de televisión “Este es mi país”, fue galardonado con otro
premio Casandra. También recibió el premio Casandra por su
proyección internacional y por cantar en lugares como el Madison
Square Garden de Nueva York, Estados Unidos, frente a veinte mil
espectadores que acudieron al
“Carnaval del Merengue”.
Además, bajo la dirección de Jean Luis Jorge, Sergio rodó un
programa especial para Sony Music International.
En 1993 recibió un disco de oro, fue uno de los cantantes que
participó en el famoso
“Festival de la calle Ocho” de la
ciudad de Miami, Estados Unidos.
En 1994 hizo una serie de presentaciones, calificada como la gira
de conciertos de boleros, como parte de la promoción del disco
“Como un bolero”, entonces puso de relieve el dominio que
también tenía de ese género musical. La gira comenzó en Colombia al
visitar ciudades como Barranquilla, Medellín y Bogotá; hasta su
culminación en República Dominicana con un gran concierto de
boleros, acompañado por la Orquesta Filarmónica de su país, en el
Teatro Nacional. A partir de esa experiencia, y de la aceptación
del público, el cantante sopesó la idea de sacar un segundo LP
donde pudiera combinar merengue y bolero.
En el período que va de 1993 a 2004, Sergio Vargas tuvo una
actividad muy intensa. Editó cerca de quince LP; entre canciones,
versiones y trabajos compilatorios sumaron alrededor de cincuenta.
Se presentó en grandes escenarios de Europa, Centro y Sur América,
el Caribe y en varios países del continente asiático.
En 2006, siguiendo los pasos de otros merengueros dominicanos como
Fernando Villalona y
Johnny
Ventura, participó en las elecciones parlamentarias; ganó una
curul, como representante de Villa Altagracia, en la cámara de
Diputados del Congreso de República Dominicana para el período
2006-2010, por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Con numerosas obras en su discografía, el cantante recibió diversos
premios Cassandra, que reconoce a los principales artistas
dominicanos. En 2009 editó el álbum compilatorio
“Amores
Nuevos, Viejos y de Medio Uso”, con piezas inéditas y algunos
de sus éxitos más resonantes.
La amplia discografía de Sergio Vargas, que comprende la edición de
canciones y álbumes: originales, versiones y compilaciones, puede
resumirse en las dos etapas que se corresponden con su trabajo como
intérprete en orquestas y como solista; la mayoría se produjo en
los últimos veinte años del siglo pasado. Su trabajo fue tan
intenso y exitoso que los discos llegan al medio centenar, los
sencillos cerca de cuarenta y las versiones pasan de la
veintena.
De su trabajo con orquestas, solo a manera de ejemplo se mencionan
los de mayor éxito. Con Dionis Fernández y su orquesta fueron las
canciones
“Los diseñadores” y “Al ritmo de la noche”; al
lado de la cantante Arena,
“No es fácil”. Con Los Hijos
del Rey, los sencillos:
“Por ella”, “Mi orgullo”, “Un hombre y
una mujer”, “La quiero a morir”, “Oh Mariana”, “La tierra tembló”,
“Vamos a dejarlo” y “Si algún día la ves”; y los álbumes
“La quiero a morir”, 1986 y
“La tierra tembló” de
1987.
Su mayor producción discográfica se deriva del trabajo desarrollado
después de que dejó las orquestas mencionadas, de los álbumes
publicados, en cerca de tres décadas como solista, se mencionan los
LP más resonantes:
“Ciclón (Festa do interior)”, 1988;
”La incondicional”, 1989;
”Este es mi país”,
1991;
“Torero”, 1992;
“Por H o por R”, 1993;
“El merengue se baila pegao”, 1994;
“Fraude de
amor”, 1995;
“Mi propuesta”, 1996;
“Tiempo de
amor”, 1997;
“Juntos”, 1998;
“A tiempo”,
1999;
“Vete y dile”, 2001;
“Bohemio en vivo”,
2003; “Sus éxitos en bachata”, 2004; y
“Amores nuevos, viejos y
de medio uso”, 2009.
Entre los numerosos discos compilatorios, se cuentan
“Los años
dorados”, 1994;
“The Best”, 1994;
“Brillantes” -con Johnny Ventura-, 1994;
“Historia de
éxitos”, 1995;
“Cara a cara” -con Johnny Ventura-,
1997;
“Grandes éxitos”, 1999;
“Entre amigos” -con
Fernando Villalona-, 2000;
“A merengazo", 2001;
“22
Ultimate Hits”, 2002;
Serie azul tropical”, 2003;
“Colección diamante”, 2004;
“20 años no son
nada”, 2005;
“2 grandes voces de Quisqueya la bella”
-con Eddy Herrera-, 2007;
“Un cantante, 3 facetas, un gran
artista”, 2008; y
“Frente a frente” -con Toño
Rosario-, 2013.
Las canciones que versionó Sergio Vargas, varias de ellas muy
exitosas en su momento, le permitieron al cantante impulsar su
popularidad y cosechar triunfos en su carrera musical. Entre más de
veinte, se mencionan las muy conocidas piezas:
“La quiero a
morir” -
“Je l'aime à mourir- de Francis Cabrel;
“Bamboleo”, del grupo flamenco español
Gipsy Kings;
“Esta casa
humilde”, de
Roberto
Carlos;
“Perla negra”, de
Yordano;
“La incondicional” de
Luis Miguel;
“Procuro
olvidarte”, de
Manuel
Alejandro;
“Perdóname, olvídalo” y
“Para decir
adiós”, ambas junto a
Gisselle.
Sergio Vargas es uno de los artistas más activos de República
Dominicana. Cuando recibió el “Gran Soberano”, en la edición
Premios Soberano de 2018, agradeció la distinción hablando en favor
de la educación de los músicos de su país.
En entrevista, realizada en mayo de 2019, emitió algunas opiniones
muy interesantes en cuanto a la situación actual del merengue como
expresión cultural y musical; señaló que la falta de difusión de
este género musical implica su desaparición, pero confía en que
artistas como Gabriel –joven cantautor dominicano-estadounidense,
cultor actual del merengue- y las nuevas composiciones en el
género, harán que “el merengue no desaparezca”. Agregó: “Esto es
una señal clara de que al parecer el merengue no perecerá.
"El merengue sigue siendo una fuente inagotable de inspiración. De
la única manera que no caerá en una gaveta guardado como un
documento histórico es si las nuevas generaciones lo asumen”,
manifestó El Negrito de Villa, como también es llamado. Dijo que
Gabriel es un músico formado, “Compone, arregla y canta, y es mejor
persona que artista”. Dijo, además, que en Puerto Rico, aun con la
influencia del reguetón, por ley en las emisoras se coloca la plena
–música originaria de Puerto Rico a finales del siglo XIX-, así
podría hacerse con el merengue.
En esa misma entrevista el cantante afirmó ser amante de la
bohemia, confesó tener un disco listo y que estaba preparando el
concierto
“Sergio Vargas Sinfónico”, que presentaría en el
Teatro Nacional, donde también estrenaría el mencionado disco de
bohemia y otro de merengue. Expresó también que está pendiente un
libro que retrata su historia, llevará por nombre
“Sergio
Vargas, el sortilegio de un artista”, escrito por el
dominicano Cándido Gerón.
Sergio Vargas recibió en 2019, en su casa de Villa Altagracia, al
periodista Iván Ruiz del programa televisivo Énfasis, de República
Dominicana. El resultado de ese trabajo puede verse en YouTube,
allí vemos a un Sergio Vargas desenfadado, seguro de sí mismo.
Afirmó que su casa no tiene puertas, porque no las necesita: él no
riñe con la justicia ni disgusta Dios; que esa es su filosofía de
vida y que así ha trabajado siempre. Gracias a eso logró todo
cuanto obtuvo, aunque dijo que cuando incursionó en la actividad
política perdió su dinero.
También habló del proyecto que lo mantiene motivado, que es la
construcción de la casa de la música en Villa Altagracia, con la
finalidad de darle a los jóvenes, que sueñan con seguir sus pasos,
la oportunidad de aprender el oficio. En la actualidad a Sergio
Vargas se reconoce en su país como el artista de la patria. Su
agrupación se mantiene como una de las orquestas más activas del
medio.
Vida Personal
Durante el gobierno de Hipólito Mejía, Sergio Vargas renunció a
cortarse el pelo como una forma de protesta por el estado de las
calles de su pueblo natal; aunque el presidente Mejía arregló
algunas de las calles, él decidió continuar sin cortarse el pelo
hasta que todas las calles sean arregladas.
Sergio Vargas siempre ha sido conocido por el gran amor que siente
por Villa Altagracia, además por la forma en que ha cooperado por
su progreso. Su sensibilidad social lo llevó a crear la Fundación
Sergio Vargas para ayudar a mejorar algunos de los servicios de ese
poblado. Esa es una de las razones por la cual fue bautizado como
"El Ejemplo del Merengue".
El cantante ya no participa en actividades de la política formal,
pero es un activista que aboga por los más necesitados y, en
especial, por los derechos de la mujer.