Biografía de Queen
En la Inglaterra de finales de los 60, Beatles y Rolling Stones
seguían siendo los amos del cotarro, pero ya empezaban a sonar
grupos con sonidos apartados del beat o del rock and roll más
standard (Pink Floyd, Status Quo...). Precisamente, en una de las
actuaciones de Pink Floyd en 1968 en el Imperial College de
Londres, fueron teloneados por un grupo llamado Smile, formado por
estudiantes de aquel centro. Los músicos/estudiantes en cuestión
eran un tal Brian May (guitarra), Tim Staffel (bajo y voz) y Roger
Taylor (batería).
A partir de ahí, Smile consiguió una cierta popularidad entre el
público universitario, hasta que un día alguien se fijó en ellos y
los fichó para grabar un single que, por cierto, sólo salió en
Estados Unidos, cosas de la industria de aquella época. Ni que
decir tiene que no tuvo ninguna repercusión, al menos donde a ellos
les interesaba que era en su propio país, de manera que Tim Staffel
se hartó y dejó el grupo en 1970.
Para sustituirle pensaron en un conocido de Roger Taylor, un
cliente asiduo de la tienda de ropa en la que trabajaba y alguien
que frecuentaba las actuaciones de Smile, se llamaba Farookh
Bulsara pero todos le llamaban Freddie. Era una persona bastante
introvertida, pero que siempre tuvo la idea de montar un grupo de
rock en el cual el aspecto visual tuviera gran importancia, algo
así como un espectáculo musical con base de rock potente, tipo Led
Zeppelin o Jimi Hendrix, que diera forma a algo bastante alejado de
la idea clásica de los Beatles.
El primer paso fue cambiarle el nombre al grupo, que pasó a
llamarse Queen, y después hubo que buscar un nuevo bajista. Tras un
año probando con diferentes músicos, al final se les unió
definitivamente John Deacon a mediados de 1971.
PRIMER DISCO: “QUEEN” (1973)
Durante los dos años siguientes se dedicaron a madurar la idea de
grupo que querían para Queen. No solamente la teatralidad rockera,
sino también el tratamiento de las voces, guitarras y el aspecto
general de su música, aparte de componer temas con suficiente
calidad como para grabar un primer disco que impactara, y tras la
reclusión voluntaria comenzaron las sesiones de grabación gracias a
ciertos contactos que tenían en la compañía y estudios Trident.
Las condiciones de grabación no es que fueran precisamente las
mejores, pero se conformaban con grabar en el mismo estudio en el
que trabajaban como músicos de alquiler o probando equipos para
otros, cuando las estrellas (léase Bowie o Elton John) terminaban
de grabar lo suyo, la mayoría de las veces por la noche o de
madrugada.
Una vez terminado el primer disco, EMI se hizo cargo de él y lo
publicó en julio del 73 junto con el primer single “Keep yourself
alive”. Lo que contenía el LP eran 10 temas en los que dominaban
las voces y las guitarras. Sonidos duros, guitarras saturadas con
punteos doblados sobre los que se dibujaban líneas vocales muy
onduladas, con abundancia de coros en varias voces y mucha riqueza
orquestal, acústicas, piano... O lo que es lo mismo, el estilo de
Queen prácticamente perfilado, ese que luego maduraron y repitieron
a lo largo de su vida artística, con más o menos acierto.
LA CONFIRMACIÓN: “QUEEN II” (1973)
La sofisticación en el sonido, con un cierto aire glam (todo lo
contrario a la actitud hippy que acababa de arrasar) atrajeron no
solamente al público sino también a la propia EMI, quienes viendo
que ahí había materia prima decidieron que el segundo disco del
grupo había que grabarlo inmediatamente, y no ya en los ratos
muertos del estudio, sino con todo el tiempo del mundo. De forma
que en septiembre de 1973, apenas un par de meses después de la
publicación del primer disco, comenzaron las labores de grabación
del segundo.
Paralelamente a la grabación, Queen iniciaron una gira como
teloneros de Mott the Hoople por todo U.K., incluyendo una
espectacular actuación en el Imperial College de Londres, de la que
siempre han dicho fue su lanzamiento definitivo. De ahí se
derivaron algunas actuaciones fuera del Reino Unido y otra en el
prestigioso programa de TV “Top of the Pops” sustituyendo a David
Bowie. Para esta ocasión editaron en single “Seven seas of Rhye”,
ya incluido en el primer disco, pero con bastantes modificaciones
(la versión del primer disco es instrumental y de poco más de un
minuto de duración) y la presentaron en el programa, lo que les
sirvió para entrar en las listas de venta británicas con muy buen
resultado de ventas. Era febrero de 1974.
Un mes más tarde se publicó “Queen II”, con el que consiguieron
superar en ventas al disco anterior. La línea general del disco era
similar a la de “Queen”, con alguna concesión más a las guitarras
acústicas y al refinamiento (en una onda muy Led Zeppelin, su grupo
de referencia) pero sin perder ni pizca de dureza, todo lo
contrario, quizá la mejor definición sea una mezcla perfecta entre
los Who y Led Zeppelin con la melodía característica de su propio
primer disco. Se incluyó la versión del “Seven seas of Rhye” que
apareció para Top of the Pops y fue su tema más destacado de los 11
que componen el LP.
Prepararon una gira por Inglaterra para la que llevaron de
teloneros a los Nutz de Dave Lloyd. Una vez terminada la gira se
les presentó la oportunidad de repetir como teloneros para Mott the
Hoople, pero esta vez en Estados Unidos. La mala fortuna quiso que
unos días después de iniciar la gira tuvieran que abandonarla por
problemas de salud de Brian May, y el lugar de Queen lo ocuparon
Kansas, banda que estaba dando sus primeros pasos también por
aquella época.
“SHEER HEART ATTACK” (1974)
Los problemas de salud de Bryan May no terminaban. De hecho, en la
grabación del tercer disco apenas apareció más que para grabar las
guitarras y algunas voces en momentos en los que podía tenerse en
pie. Esto pudo ser la causa de que “Sheer heart attack”, publicado
en noviembre de 1974, contuviera algunos temas que iban
evolucionando a partir del hard rock de los primeros dos discos,
por ejemplo “Killer Queen”, su tema-estrella del álbum, el cual ya
incluía algunos elementos que iban a suponer las señas de identidad
posterior del grupo. El caso es que a partir de bases duras estaban
empezando a coquetear con el pop y, sabiendo que May es el elemento
más heavy del grupo, probablemente su escasa aportación al día a
día de la grabación hizo posible el inicio de la paulatina
transformación.
Sin embargo, todavía seguía siendo un disco de pleno hard rock con
temas históricos como “Brighton rock”, “Now I’m here” o el bestial
“Stone cold crazy” (versionado por Metallica y asiduo en su
repertorio en directo).
Después de la publicación del disco vino una gira por los USA y
otra por Japón, donde el disco fue Nº 1.
SU OBRA MAESTRA: “A NIGHT AT THE OPERA” (1975)
Estaba claro que Queen daba para mucho y podían llegar mucho más
lejos. Ellos también tenían claro que tenían que realizar algunos
cambios sensibles para poder despegar definitivamente, y entre
ellos estaba la renegociación del contrato con EMI y partir peras
con su manager Jack Nelson, con quien se llevaban bastante mal.
Tenían entre manos un proyecto de disco para el que necesitaban
mucha infraestructura, incluyendo también mucho dinero y una
campaña de promoción brutal. John Reid, manager de Elton John, les
incluyó en su nómina con la intención de hacer de Queen un grupo a
la altura de unos Led Zeppelin. Pero también necesitaban grabar ese
disco que les diera el empujón definitivo, y lo hicieron. Se tituló
“A night at the Opera” y se publicó en noviembre de 1975, tras
cuatro meses de grabación (Solo “Bohemian Rhapsody” se llevó tres
semanas de esos cuatro meses).
Este disco tenía muchos elementos distintos a los publicados
anteriormente. No se centraba tanto en el trabajo de guitarra,
pasando ese protagonismo a las voces. Las composiciones eran más
largas y más recargadas, mucho más intrincadas armónicamente y de
entre ellas sobresalía “Bohemian Rhapsody”, el tema más emblemático
de toda la carrera de Queen. Se eligió como single, aunque algunas
emisoras tuvieron bastantes reparos en pincharlo debido a su
longitud y a lo ‘raro’ de la propuesta, ya que mezclaba en una
misma pieza partes heavies con otras operísticas o más lentas. Poco
a poco fueron sucumbiendo ante la evidencia de estar frente a una
de las grandes canciones de la historia del Rock y finalmente tanto
el single como el disco tuvieron el reconocimiento que se merecían,
aparte de convertirse en superventas.
El LP se abría con “Death on two legs (dedicated to...)”, en la que
ponían a parir a su anterior manager Jack Nelson. Otros temas eran
las conocidas (por más asequibles) “You’re my best friend” (segundo
single) o “Love of my life”, pero también están “You’re in love
with my car”, mucho más dura, la intrincada “The prophet’s song”
con esas voces dobladas del propio Mercury, o ritmos de cabaret
años ‘20 como el de “Seaside rendez-vous”.
En un par de meses llegó a vender un millón de copias, y una de las
principales ayudas para llegar a vender tanto fue la edición de lo
que muchos consideran el primer video-clip de la historia, una
montaje de imágenes del grupo con “Bohemian Rhapsody” de fondo.
Se montaron varias giras por Estados Unidos y Japón con la
particularidad de que cuando tocaba interpretar “Bohemian
Rhapsody”, al no poder reproducir en directo la parte operística
central, el grupo abandonaba el escenario porque no querían tocar
en play-back mientras sonaban las voces pregrabadas, y regresaban
para ligar con la parte siguiente.
“A DAY AT THE RACES” (1976)
De lo que no entró en “A night at the opera” se construyó este
nuevo. No son ‘sobras’ del anterior, sino temas escritos a la vez
que no pudieron entrar pese a la idea inicial de Brian May de
publicar un disco doble.
Empezaron a preparar los temas del nuevo disco a finales de verano,
y se publicó en diciembre de 1976, con un primer single titulado
“Somebody to love”, una especie de gospel muy en la línea de los
temas del disco anterior y cuando todo el mundo ya tenía asumido
que los Queen crudos de los dos primeros discos habían dado paso a
otros de hard rock aderezado con elementos tan variados como los
mostrados en estos dos últimos discos. Otro ejemplo de esto mismo
es “Good old fashioned lover boy”, en el que mezclan un efectivo
solo de May con buenísimas voces y aires de película musical
americana.
Sin embargo, “A day at the races” contenía también cortes como “Tie
your mother down” o “White man”, en los que May se suelta la melena
y que sirvió también para que los seguidores más duros no dieran la
espalda al grupo.
PRIMER CAMBIO: “NEWS OF THE WORLD” (1977)
En 1977, la ampulosidad de Queen empezó a contrastar con el
incipiente punk liderado por los Sex Pistols, quienes cuestionaron
la concepción megalómana del rock de la época presentando temas
simples y directos. Aquellos que tenían las ideas claras no se
sintieron atacados, pero algo de mella hizo en todos los grandes
grupos de los setenta, especialmente los más glamourosos, y Queen
no fueron una excepción.
En ese año graban y publican su siguiente disco “News of the
world”, bastante distinto a los dos anteriores por estar mucho
menos obsesionados con las partes operísticas y los guiños a otros
estilos que no fueran rock puro, y por lo tanto con más espacio
para las guitarras y los sonidos duros. Ejemplos en la
archiconocida “We will rock you”, “Sheer heart attack” o “Fight
from the inside”. Había también reminiscencias al rock and roll
clásico como en “Sleeping on the sidewalk”, baladas para el
lucimiento de Freddie Mercury como “My melancholic blues” y por
supuesto “We are the champions”, que salió como single.
Por aquella época hubo una crisis entre el grupo y su manager que
terminó con la marcha de éste, para que John Deacon se hiciera
directamente con el control de la actividad extramusical del grupo.
Lo primero que hizo John fue preparar una gira europea para 1978 y
la grabación del siguiente disco de estudio, “Jazz”.
“JAZZ” (1978) Y “LIVE KILLERS” (1979)
Para la grabación de este disco volvieron a llamar a Roy Thomas
Baker, quien ya les había producido “A night at the opera”. A la
criatura la pusieron por título “Jazz”, aunque éste no tuviera nada
que ver con su contenido ni por asomo.
Se iniciaba con “Mustapha” una cosa rara de aires árabes, pero
también contenía temas tan importantes en la carrera de Queen como
“Fat bottomed girls”, “Don’t stop me now” o su primer single
“Bicycle race” con polémica incluida al grabar un clip de la
canción incluyendo varias fans desnudas en bicicleta en el estadio
de Wimbledon.
A pesar de esto, “Jazz” obtuvo críticas feroces de la prensa
especializada debido, sobre todo, al carácter continuista con
respecto a “News of the world” y con la presión del punk como
agente desestabilizador. Aun así, la gira de presentación de 1979
fue espectacular, en ella se incluyó Japón y a la vuelta grabaron
varios conciertos en el tramo europeo para ser publicados como
disco en directo, era abril de 1979.
“Live killers” salió en junio y la gira posterior les ocupó el
resto del año. Ya les habían propuesto escribir la música para la
película “Flash Gordon”, y fue durante esa época cuando iniciaron
los trabajos de composición, que duraron cerca de dos años,
aprovechando el rescoldo del disco en estudio y con el margen de
tiempo que les dio el directo, que fue doble y, al menos en España,
se publicó censurado con unos pitidos en algunas partes del disco
coincidiendo con comentarios de Freddie, por ejemplo en el inicio
de “Death on two legs”. Curiosidades de la industria
discográfica.
Contenía todos los éxitos de listas del grupo hasta la fecha, “We
will rock you”, “Killer queen”, “Bicycle race”, “Don’t stop me
now”, “Bohemian rhapsody”, etc. pero también dejaba clara la
vocación de Queen por el rock duro al elegir temas en esa onda,
algunos con partes realmente memorables, como el solo de guitarra
de Brian May en “Brighton rock”, muy espectacular para aquel
momento.
“THE GAME” (1980) Y OTRO CAMBIO
A finales de 1979 se publicó el single “Crazy little thing called
love”, una especie de rockabilly a lo Elvis. Tuvo tanto éxito que
iniciaron una gira a la que llamaron “Crazy tour”, primero por
pequeños garitos británicos, y luego extendiéndola por otros países
teniendo como punto álgido la participación en los “Concerts for
the people of Kampuchea” junto con otros grandes grupos como los
Who, Pretenders o los Wings de Paul McCartney.
Este tema entró a formar parte del siguiente disco en estudio,
aunque antes incluso de empezar a grabar el LP se publicó otro
single de adelanto con “Save me”. Una vez concluidas las tareas de
grabación se publicó un tercer single con “Play the game” y por
fin, en junio de 1980 sale a la venta “The game”, uno de los discos
más controvertidos de toda su discografía.
Parece como si con el directo “Live killers” hubieran querido
zanjar una época y ponerse al día rápidamente con la llegada de la
nueva década, al menos “The game” tenía poco que ver con discos
anteriores en cuanto al sonido general del grupo y la forma de
componer, mucho menos recargada.
Dicho ‘nuevo’ sonido tuvo varias características: la utilización de
sintetizadores en determinadas partes, la mayor sencillez en las
composiciones, el alejamiento progresivo de los sonidos heavies y
el acercamiento a otros estilos como el funky. Precisamente esto
último les dio pingües beneficios con “Another one bites the dust”,
lo que en el momento se llamó un “llena-pistas” (calificativo
hortera donde los haya).
Sin embargo, y pese a la división de opiniones, “The game” contenía
temazos como “Dragon attack” o “Rock it” que mantenían a los fans
más rockeros al pie del cañón, aunque este último tenía arreglos de
sintetizadores que encresparon los ánimos de los más puristas.
“B.S.O. FLASH GORDON” (1980)
Una vez en la calle el nuevo disco aprovecharon para hacer otras
cosas y tomarse un respiro. Roger Taylor publicó un disco en
solitario, y entre todos se pusieron manos a la obra para terminar
el encargo hecho por Dino DeLaurentiis sobre la película “Flash
Gordon”.
El resultado fue casi tan malo como la propia película. Poca cosa
salvable, si acaso el single “Flash” quien no evitó que la banda
sonora marcara uno de los momentos más bajos de la carrera musical
de Queen, aunque todavía llegaron cosas peores...
CAÍDA Y VACACIONES: “HOT SPACE” (1982)
Todos los grupos tienen su punto negro, y éste es el caso. La
influencia del tecno-pop, en dura pugna con el heavy metal de la
NWOBHM, ganó la batalla. Las guitarras prácticamente desaparecieron
(sólo existen en “Put out the fire”), dando paso a bases rítmicas
compuestas especialmente para las pistas de baile, con el bajo
machacón y la batería completamente perdida entre arreglos de
sintetizadores.
Si acaso destacar que cuando estaban grabando el disco en Suiza se
acercó por allí David Bowie y aprovecharon para grabar con él
“Under pressure”, el single de adelanto.
Una vez visto el fracaso estrepitoso y la pérdida de credibilidad
por parte de los fans más antiguos, decidieron tomarse otro
descanso más largo que el anterior, publicando “Greatest hits”, un
recopilatorio con los singles de más éxito de su carrera pero con
pocas concesiones a los cortes más rockeros del grupo.
VUELTA AL TAJO: “THE WORKS” (1984)
Durante el periodo de alejamiento de Queen, cada miembro por
separado hizo sus colaboraciones o pinitos en solitario, pero a
finales de 1983 volvieron a reunirse para empezar a trabajar en un
nuevo disco que hiciera olvidar el horroroso “Hot space” y todo lo
que le rodeaba.
El primer single de “The works” no hacía presagiar ningún cambio:
se trataba de “Radio ga-ga”, una decidida apuesta por el pop de
listas de éxito carente de interés para los amantes de los Queen de
los setenta, pero que devolvió al grupo al primer plano de la
actualidad musical.
El LP completo salió en febrero de 1984, y más de uno respiró
aliviado al escuchar cortes poderosos como “Tear it up” o “Hammer
to fall”, o incluso “Man on the prowl” que iba muy en la línea de
“Crazy little thing called love”. Sin embargo sólo fueron un
espejismo. Cosas como “I want to break free” siguieron sumando
pasta a las arcas del grupo y haciéndoles sentirse a gusto, lo que
definitivamente eliminó cualquier posibilidad de volver a recuperar
a los Queen de antaño. Por cierto, el clip de “I want to break
free” aún hoy causa admiración por la caracterización de los
músicos.
Aquel año fue bastante productivo en lo que se refiere a
publicaciones del grupo, pues además de “The works” también
pusieron a la venta el vídeo “We will rock you” con actuaciones en
Canadá en 1981. Roger Taylor editó su segundo disco en solitario y
Freddie Mercury publica el single “Love Kills”, que posteriormente
formó parte de la banda sonora de la película “Metrópolis”.
El año siguiente no grabaron LP, pero hicieron cosas memorables
como participar en los macrofestivales “Rock In Rio” de Rio de
Janeiro y en el “Live AID” que montó Bob Geldof (Boowmtown Rats) en
el estadio Wembley de Londres el 13 de julio de 1985 junto a otro
montón de grupos históricos. También fue el año en el que Freddie
Mercury publicó su primer disco en solitario (abril de 1985), “Mr.
Bad Guy”, y en el que vio la luz una caja recopilando todos los
discos del grupo, además de uno de canciones inéditas y rarezas
titulado “Queen: The complete works”.
“A KIND OF MAGIC” (1986), GIRA Y DIRECTO
Siguiendo la costumbre de publicar singles antes que LPs, le tocó
el turno a “One vision” para promocionar el siguiente disco de
estudio “A kind of magic” (en la calle en mayo del 86).
Este disco también sirvió para ponerle música a la primera parte de
la película “Los inmortales” de Russell Mulcahy.
El contenido no hacía demasiadas concesiones al rock duro (“Give me
the price” es la más potente), más bien es una colección de
canciones de pop perfectamente radiables y auténticos hits en
potencia. La que le da título, “A kind of magic”, sonó hasta la
saciedad, igual que “Friends will be friends” o “Who wants to live
forever”.
El verano de 1986 fue bastante movido. John Deacon hizo la banda
sonora de otra película: “Biggles”, y el grupo se embarcó en el
“Magic tour” que les llevó a tocar al otro lado del telón de acero
(concretamente en Budapest) y en el macrofestival de Knebworth ante
más de 200.000 personas y que constituyó el último concierto en
directo de Queen, aunque nadie lo sabía, ni siquiera ellos mismos
(estoy obviando la actuación del concierto-tributo a Freddie
Mercury tras su muerte, lógicamente).
De las actuaciones en Budapest y en el Wembley se publicaron sendos
vídeos, y viendo que había algunas tomas muy buenas decidieron por
sorpresa editar un disco en directo titulado “Live magic” en el que
se incluían los éxitos más recientes (“One vision”, “A kind of
magic”, “I want to break free”, “Radio ga-ga”...) y los
imprescindibles (“Bohemian rhapsody”, “We will rock you”, “We are
the champions”...).
UN DESCANSITO Y “THE MIRACLE” (1989)
Tras el “Magic tour” se toman un descanso prolongado. En 1987,
Freddie publica un single titulado “The great pretender” de
bastante éxito, y también colabora con la cantante de ópera
Montserrat Caballé en la grabación de la canción “Barcelona”, la
cual fue adoptada como himno oficial de los juegos olímpicos de
Barcelona’92. Visto el éxito, Freddie Mercury y Montserrat Caballé
grabaron más canciones y dieron forma a un LP completo.
El resto de miembros del grupo también hizo alguna cosilla para
entretener el tiempo, Brian May produjo varios grupos y participó
con Meat Loaf en la confección del tema-himno de los juegos
paraolímpicos de Los Ángeles, y Roger Taylor montó un grupo llamado
The Cross con los que editó un LP en 1988.
Pero 1989 comenzó con el anuncio de la grabación de un nuevo disco
en estudio, “The miracle”, que finalmente apareció publicado en la
primavera de ese año. El single de adelanto, “I want it all” era
bastante contundente, lo que hacía presagiar que aumentarían los
guiños al hard rock, y no tanta concesión a la comercialidad.
Bueno, el resultado no es que fuera el de un disco netamente
rockero, pero bastante más guitarrero que su predecesor sí era.
Contenía algunas canciones como “The invisible man”, “Scandal” o
“Breakthru” especialmente diseñadas para hacer caja, pero en
general se puede hablar de una mejora considerable en la calidad de
las composiciones.
A finales de año se publicó una rareza en directo, “Queen at the
Beeb” , la grabación de un concierto en ese local en 1973.
Otra cuestión extramusical empezó a comentarse por aquella época:
Freddie estaba notablemente desmejorado con respecto a sus últimas
apariciones unos años atrás. Los rumores apuntaban a una posible
infección por el virus del SIDA debido a su tendencia homosexual.
Esto fue alimentado también porque el propio Freddie se encargó de
anunciar que tras la salida del disco no habría gira de
presentación, con lo que se dedujo que él mismo ya podría saber que
estaba infectado y comenzando a empeorar. También contribuyó a
alimentar los rumores la aparición de Freddie en la TV inglesa tras
obtener un premio de la industria discográfica británica por la
trayectoria de Queen. En aquella aparición estaba mucho más
delgado, con un hablar más pausado y con síntomas de cansancio
físico. Era febrero de 1990.
El resto de miembros del grupo negaban una y otra vez que Freddie
tuviera SIDA, y dejaron pasar algo de tiempo en el trabajo con
Queen, haciendo otras cosas como la publicación del segundo disco
de The Cross, producciones a otros artistas, etc. A su vez la
compañía puso en circulación el vídeo “Live at Wembley ‘86”, hasta
que cayeron en la cuenta de que para acallar los rumores lo mejor
era grabar un buen trabajo discográfico, y se pusieron manos a la
obra.
“INNUENDO” Y LA MUERTE DE FREDDIE (1991)
Recién empezado 1991 se publicó el single de adelanto “Innuendo”,
con una estructura muy similar a sus grandes temas de los 70, tipo
“Bohemian Rhapsody”, de duración media, épica y con varias partes
diferenciadas. El LP se publicó en febrero de ese año, con una
producción espectacular para unos temas muy trabajados que
abarcaban estilísticamente todas las etapas de la vida de
Queen.
Fue el último disco de Queen en vida de Freddie. Él ya sabía que
sería así, los médicos le habían pronosticado que no llegaría a
grabarlo, pero lo consiguió. A trancas y barrancas pudo asistir a
las sesiones de grabación y contar en el propio disco que se iba.
“The show must go on” es su epitafio, aunque hay quien interpreta
que fue una forma de anunciar que habría otro disco tras su muerte.
Sin embargo, el propio Brian May siempre ha dicho que su despedida
real fue la del clip de “These are the days of our lives”, en la
que Freddie termina mirando fijamente a la cámara, repitiendo la
última frase de la canción (“I still love you”) con una sonrisa
cómplice y desapareciendo por un lateral.
Mientras tanto, el disco funcionaba muy bien y tuvo buena
aceptación tanto entre los fans de siempre como en los de la última
época. Como tampoco hubo gira de presentación, los miembros del
grupo se entretenían con múltiples cosas, por ejemplo Brian May
organizó la noche de las guitarras de rock, dentro de las “Leyendas
de la guitarra” de Sevilla, en la que le acompañaron Joe Satriani,
Steve Vai, Nuno Bettencourt, Steve Walsh, Steve Ferrone, Mike
Moran, Cozy Powell, Paul Rodgers, Don Airey, Rick Wakeman, Gary
Cherone y Neil Murray, casi nada.
Tras la grabación y publicación de “Innuendo” Freddie todavía tenía
fuerzas para seguir trabajando, así es que intentó aprovechar el
tiempo que le quedaba en la grabación de otro disco más. Cuando se
sentía con fuerzas acudía al estudio y registraba las voces, aunque
él mismo presentía que no le daría tiempo a terminarlo.
El 23 de noviembre de 1991 se anunció oficialmente que Freddie
Mercury tenía SIDA. Al día siguiente falleció.
“LIVE AT WEMBLEY ‘86” (1992) Y CONCIERTO-HOMENAJE
Por aquel momento se acababa de publicar la segunda parte del
“Greatest hits”, que tuvo un empujón inesperado con la muerte de
Freddie. No contenta con ello, la compañía publicó en 1992 otro
disco en directo, “Live at Wembley ’86”, que no era sino la pista
de sonido del video de mismo nombre publicado unos años antes.
Salió como disco doble en directo y tenía algunos momentos
memorables, como las versiones de algunos clásicos como “Baby I
don’t care”, “Tutti fruti”, “Hello Mary Lou” y “Give me some lovin’
“, o la recuperación del solo de guitarra de “Brighton rock”.
El 20 de abril de 1992 se celebró en el estadio Wembley de Londres
un macro-festival para rendir tributo a Freddie Mercury. Los
restantes miembros de Queen lo habían anunciado por sorpresa en la
entrega de premios ‘BRIT Awards’ que se celebró en el mes de
febrero, y en la que recibieron el premio al mejor single del 91
(“These are the days of our lives”) y un premio póstumo a Freddie
Mercury por su contribución a la música británica. En ese anuncio
no dijeron quiénes iban a actuar, pero aun así las entradas se
agotaron nada más ponerse a la venta.
Los tres miembros restantes de Queen comenzaron los ensayos en
marzo, un mes antes del acontecimiento, puesto que llevaban cerca
de 6 años sin tocar en directo. Finalmente el concierto-homenaje
tuvo lugar con la participación de grupos como Metallica, Def
Leppard, Extreme o Guns’n’roses, además de Brian, Roger y John
interpretando temas de Queen con la ayuda de Roger Daltrey, Elton
John, Liza Minelli, David Bowie y Robert Plant entre otros. El
concierto se retransmitió por TV a todo el mundo y se publicó en
forma de vídeo a finales de año.
En septiembre de 1992 se publicó el primer disco de Brian May
titulado “Back to the light”, que llevaba preparando bastantes años
atrás. A pesar de lo guitarrero del LP, el primer single fue “Too
much love will kill you”, una balada que resumía en su título todo
lo que podría estar pasando por su cabeza. Una vez puesto en
circulación, May formó su banda y empezaron una gira como teloneros
de Guns’n’Roses que les llevó por América del sur y Europa, y
posteriormente como cabezas de cartel por Japón, Europa y USA.
“MADE IN HEAVEN” (1995)
A finales de 1992 se publicó un nuevo disco de Freddie Mercury en
solitario, “The great pretender”. Ya en 1993 se publicó un miniLP
con las versiones en directo que grabó George Michael y el resto de
Queen en el concierto-homenaje de Wembley, lo que desató todo tipo
de conjeturas que al final se quedaron en eso.
En 1994, Brian May publicó un nuevo disco titulado “Live at Brixton
Academy”, y Roger Taylor sacó otro en solitario titulado
“Happiness?”, con el que hizo una gira por Europa y Japón.
A finales de año May, Deacon y Taylor, considerando que había
pasado suficiente tiempo como para no tacharles de oportunistas se
pusieron manos a la obra con todo el material que había dejado
grabado Freddie Mercury tras la grabación de “Innuendo” para dar
forma al disco póstumo que Freddie quería. El trabajo terminó en el
otoño de 1995, y finalmente “Made in Heaven” se publicó en
noviembre de ese año.
El disco comienza y termina de la misma forma, con dos minutos
largos de notas que se prolongan en el final de la grabación
durante 22 minutos, como si quisieran decir que aquello no termina
ahí. Se incluye también “Mother love”, la última canción que grabó
Freddie (cuyas últimas notas pertenecen a “Going back”, la primera
que grabó en toda su vida) y también “Too much love will kill you”,
la balada que publicó Brian May en su disco pero esta vez cantada
por Mercury.
“Made in Heaven” supuso el final de la historia.
Podría seguir contando la vida y milagros de los tres
supervivientes de Queen hasta 2004, pero Queen terminan justo aquí.
Por muchos recopilatorios, temas inéditos, directos y rarezas que
quieran publicarse, el grupo murió con la publicación de “Made in
Heaven”. Todo lo que aparezca será bienvenido pero pertenecerá ya a
una banda que fue pero ya no existe, puesto que ellos mismos (en
innumerables ocasiones) manifestaron ese deseo. Queen fueron
Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon, y ya no
pueden volver a ser.