Biografía de Luz Casal
Su primer álbum, homónimo y sostenido por el rock, vio la luz en el
82. Destacaban temas como Ciudad sin ley y No aguanto más, de
sonidos hasta entonces inéditos en el panorama musical español. Una
canción de amor, Eres tú, se diferenciaba del resto y vislumbraba
una versatilidad que un par de años más tarde se fortalecería con
la aparición de su segundo disco, Los ojos del gato.
Detrás de tu mirada y Tengo bastante pronto hicieron preguntarse a
muchos por aquella mujer que había conseguido conquistar una
marcada individualidad en un género que aceptaba todavía con
reticencias a las mujeres, no digamos ya solistas. Luz evitaba caer
en la queja fácil que destila el victimismo y se crecía ante las
adversidades, los retos y los prejuicios. Llevaba ya a sus espaldas
dos discos como intérprete y compositora y una de las giras más
célebres que España recuerda, El Rock de una Noche de Verano, junto
a Leño y Miguel Ríos.
En 1985 publicó Luz III, en el que colaboraban, entre otros,
Antonio Vega, John Parsons, Santiago Auserón y Carmen Santonja.
Rufino y Hechizado trajeron un éxito popular que se reforzaría con
Quiéreme aunque te duela, editado en 1987. El álbum, que contenía
temas como A cada paso y Un día marrón, cerraba una etapa en la
trayectoria de Luz, que cambiaría de sello discográfico y no
volvería a contar con la producción de Carlos Narea, como había
ocurrido en los cuatro primeros discos.
Ya en 1989 y bajo la batuta de Paco Trinidad, se editó Luz V, con
temas como Loca, Te dejé marchar y No me importa nada, quetuvieron
una repercusión de tal calibre que nadie dudaba ya de que Luz era
la solista española por excelencia. Fue entonces cuando se atrevió
a aceptar la proposición de Pedro Almodóvar, que le ofreció
interpretar dos canciones en su nueva película, Tacones
lejanos.
Se trataba deun tema de Agustín Lara, Piensa en mí, y la adaptación
de una canción de Mina, Un año de amor, que supusieron un punto de
inflexión en la carrera de Luz. Comenzaba, además, su éxito en
Francia, que se sumaba a la aceptación que ya tenía en América del
Sur, corroborado en festivales como el organizado por Amnistía
Internacional en Chile en 1991. Ese mismo año publicó A contraluz,
un disco decisivo que evidenciaba la esencia rockera de Luz y que
además de los temas incluidos en Tacones lejanos contenía canciones
como Es por ti, Un pedazo de cielo, Tal para cual o Es mejor que te
vayas. Luz asimiló el éxito y conjugó su ambición musical con la
necesidad de huir del escaparate mediático.
El séptimo disco se haría esperar cuatro años y se materializaría
en 1995 bajo el título Como la flor prometida. Una hermosa canción
que sirvió a Luz de bálsamo ante la muerte de su padre, Entre mis
recuerdos, prologaba un nuevo éxito refrendado por temas como Lo
eres todo, Besaré el suelo, Vengo del norte y Plantado en mi
cabeza.
Un recopilatorio que resultó multiplatino en ventas calmaría la
expectación que provocó la ausencia musical de Luz durante los
cinco años que tardó en publicar Un mar de confianza, queaterrizó
en el año 2000 en un panorama musical y discográfico confuso que
había cambiado sustancialmente desde Como la flor prometida. Mi
confianza era la carta de presentación del nuevo disco de una Luz
más serena.
Crítica y público aplaudieron el tema y acogieron con entusiasmo el
resto de canciones. El éxito en Francia se corroboró con un lleno
absoluto en el concierto que Luz ofreció en el mítico teatro
Olympia de París.
En 2002 se editó Con otra mirada, del que se extrajeron tres
singles: Ni tú ni yo, Dame un beso y A veces un cielo. Luz se
dedicó a reforzar su carrera internacional, que se extiende más
allá de las fronteras galas, en países como Grecia o Bélgica.
Sencilla alegría, publicado en 2004, hace el número diez en su
discografía.
Un nuevo día brillará sumó un nuevo éxito en la carrera de Luz, que
alcanza niveles altísimos en la composición, como demuestran Mi
memoria es agua o Para un cínico. Continuó su relación con el cine
y, tras ganar junto a Pablo Guerrero el Goya a la mejor canción por
el tema que compusieron para la película El bosque animado,
Alejandro Amenábar incluye su versión de Negra sombra, elhermoso
poema de Rosalía de Castro, en la oscarizada Mar adentro.
Cuando en 2007 un cáncer de mama interrumpió la gira de Sencilla
alegría, Luz, empujada por la fuerza que la caracteriza, combinó el
tratamiento con la preparación de un nuevo disco. Comenzó a
componer, a escribir, a reunirse con los músicos y el productor, un
viejo conocido, Pacto Trinidad. Apenas nueve meses después
reaparecía con Vida tóxica, un trabajo complejo y poético del que
Luz extrajo como primer single toda una declaración de intenciones
y la mejor respuesta para todos aquellos que se preguntaban cómo se
encontraba después de la enfermedad, Sé feliz, en cuyos primeros
versos canta:
Si la soledad te enferma el alma,
si el invierno llega a tu ventana,
no te abandones a la calma
con la herida abierta;
mejor olvidas y comienzas una vida nueva.
Decidida a no ir nada más que hasta el fondo, la actitud musical de
Luz siempre se ha caracterizado por la búsqueda constante, una
búsqueda imprecisa y seguramente perpetua que le ha llevado a
aventurarse en proyectos de una diversidad tan amplia como su
capacidad interpretativa. Por eso, y saldando una deuda de casi
veinte años tras la grabación de Piensa en mí, Luz publica La
pasión, un sentido homenaje a la música hispanoamericana, de la que
rescata doce canciones que interpreta desde la emoción y el
respeto, no actualizando los temas, sino recreando el ambiente en
el que fueron concebidos.
Se trata de un canto al amor, pero también al reverso de su moneda,
el desengaño y la soledad. Son textos contundentes, desgarradamente
hermosos, ajenos a prejuicios absurdos y eufemismos vacuos,
acompañados por melodías vigorosas e íntimas que explotan en
espléndidos puentes de metales.
Producido por Renaud Letang, el disco cuenta con músicos de la
talla de Alex Acuña o Luis Conte, que han trabajado, entre otros,
con Ella Fitzgerald, Paul McCartney o Ray Charles. La nómina de
colaboradores de lujo de los que Luz se ha rodeado continúa con el
reconocido arreglista Eumir Deodato y con el fotógrafo de modas
Jean Baptiste Mondino, encargado de la portada del álbum. Así las
cosas, no resulta descabellado equiparar este viaje al pasado con
un trabajo de arqueología; donde muchos sólo amontonan, ella
cava.
El otoño de 2009 aguarda además un importante hito en la
trayectoria de Luz, la Medalla de las Artes y las Letras de Francia
con la que ha sido distinguida y que le entregará Frederic
Mitterrand, el ministro de Cultura francés.
El poder de algunas voces radica en ir más allá de las palabras, de
la música, no para superponerse a ellas, sino para traspasarlas y
dotarlas de nuevas posibilidades. La de Luz es una de esas voces, y
desde luego su discografía avisa de que no se ha dormido en los
laureles del éxito, que no vive de recuerdos y que está viva y en
pleno proceso creativo.
Y que además es una de las mejores intérpretes de la historia de la
música española. Porque la voz de Luz, como en el poema de
Alejandra Pizarnik, corroe la distancia que se abre entre la sed y
la mano que busca el vaso.