Biografía de Tambores de San Millán 

La historia, vida y legado musical de Tambores de San Millán

Tambores de San Millán
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¿Quién es Tambores de San Millán?


Tambores de San Millán es una agrupación musical venezolana. Se creó en 1976 en el sector San Millán, Puerto Cabello, estado Carabobo, al centro-norte de Venezuela.

Desde el comienzo ha trabajado bajo el concepto de grupo de rescate folclórico. En todos estos años, ha contribuido como pocos a preservar y difundir la herencia musical de los sanmillaneros.

También se ha convertido en custodio o responsable del tradicional "El baile de la hamaca". Este popular ritual carnavalesco, es conocido igualmente como "Entierro de la hamaca". Se trata una importante tradición musical, nombrada Bien de Interés Nacional en 2018. Y, cuatro años más tarde, Patrimonio Cultural Inmaterial de Venezuela.

Otros de sus temas populares, son los siguientes. "El hacha", "Sangueo y golpe" y "Tamborero".

Alguien dijo de ellos que son herederos de la polirrítmica cultura musical afrocurazoleña. Pero Tambores de San Millán, como colectivo de música folclórica, ha sabido ir más allá. Se ganó el respeto de todo un país.

Inicios de Tambores de San Millán en la Música


Tambores de San Millán surgió en 1976, por iniciativa de un grupo de vecinos del barrio San Millán. Tenían la inquietud de preservar sus tradiciones musicales, transmitidas de generación en generación desde hacía unos cien años.

También se proponían hacer llegar esos ritmos tan populares de la zona, a diversos escenarios nacionales. Por la fuerza y autenticidad de esos sonidos musicales afrovenezolanos, también sabían que podían trascender las fronteras del país.

Género musical


Tambores de San Millán interpreta música folclórica venezolana, en su vertiente afrocaribeña. En su performance integra música, teatro, baile y canto. Ha sabido poner de relieve la herencia musical y cultural caribeña y porteña.

Sus canciones contienen ritmos de diferentes tipos de tambores. Asimismo, incluyen golpes de tambor y canciones de las distintas zonas de Venezuela que mantienen estas costumbres folclóricas. Su propuesta musical es, según algunos conocedores, una variante autóctona de San Millán. Sin embargo, tiene similitudes con otros toques de tambor de la zona centro-norte-costera del país.

Un instrumento muy relevante en su música, es el tambor cumaco. Este es elaborado con un largo y ancho tubo de madera y un cuero en uno de los extremos. Se identifica por sus principales características: va acostado y es de sonido grave. Un ejecutante toca el cuero con las manos, mientras otros dos o tres lo hacen sobre la madera. Para ello utilizan rolitos o palitos, también llamados laures.

Incluyen además el tambor corto, de sonido más agudo, denominado clarín, colocado entre las piernas del ejecutante.

En la propuesta musical de este grupo de tambor, tienen cabida dos instrumentos que resultan atípicos y hasta extraños. Utilizan cuernos de ganado vacuno para conseguir un sonido especial. Asimismo, con mucha creatividad, en algunas de sus piezas más representativas, incorporan un sonido inédito en la música. Usan las escardillas para labrar la tierra, como instrumentos musicales.

Trayectoria y Legado


Tambores de San Millán es un grupo musical, qué duda cabe. Pero como ha dicho un crítico, es también un baile, un barrio, una cultura. Es una importante manifestación de la tradición venezolana, que se manifiesta en su particular performance musical.

Una puesta en escena que hace vibrar al grupo y a la audiencia. Soberbios golpes de tambor y acertados movimientos de cadera, hacen delirar a los presentes. Todos se involucran completamente cuando además de los cueros, suenan el cuerno y las escardillas. No es fácil describirlo, hay que vivir lo que el grupo Tambores de San Millán logra junto a su público.

Son casi cincuenta años recreando y difundiendo la cultura musical del barrio San Millán, por todo el país. Es una labor de preservación de su herencia afrocaribeña y, en particular, afrocurazoleña.

Más de seis álbumes, editados con distintas discográficas, dan cuenta de su actividad en el estudio de grabación. "Raíces", "Puro tambor puro", "Parrandeando", "Ruge con San Millán", son algunos de los títulos de sus discos. Asimismo, "Toquen los tambores" y "San Millán internacional".

Sus actividades de difusión incluyen talleres culturales, dictados en escenarios nacionales. También han podido hacer una labor parecida, en varios países de la región.

Desde su formación, el grupo ha pasado por diferentes etapas. Lleva cerca de medio siglo enalteciendo la música, las costumbres, las tradiciones y el gentilicio sanmillanero. Durante esos años, muchos integrantes han pasado por la agrupación, pero la tradición se ha mantenido. El legado ha pasado de padres a hijos. Actualmente, está conformada por la cuarta generación de músicos y cantantes.

En mayo de 2010, la agrupación fue la protagonista en un concierto especial realizado en Puerto Cabello. Fue con ocasión del evento titulado Tambores en Sinfónico. En esa ocasión, Tambores de San Millán se presentó acompañado de la reconocida Orquesta Sinfónica de Carabobo.

El público quedó maravillado. Era la primera vez que un grupo musical, del folclor afrovenezolano, actuaba junto a una orquesta sinfónica. Tambores de San Millán fue respaldado por setenta músicos profesionales.

Según algunos críticos, resultó una fusión espectacular, que superó las expectativas de la audiencia. La orquesta sinfónica potenció la sonoridad de Tambores de San Millán. El grupo, por su parte, consiguió entusiasmar a los presentes, manteniendo su tradicional toque alegre y parrandero.

Dos años después, en junio de 2012, Tambores de San Millán marcó otro hito en su exitosa carrera musical. Llegó a Vietnam para presentarse en el Festival Cultural de Hue, en Ciudad Ho Chi Minh. Este es el evento musical y cultural más renombrado de ese país asiático.

En esa ocasión hicieron las delicias del público con presentaciones de varias obras folclóricas. Dos de ellas fueron "San Juan Bendito" y "La burriquita".

Tambores de San Millán, custodio de "El baile de la hamaca"

Tambores de San Millán se ha convertido en un grupo representativo de la música de tambor afrovenezolana. En su performance incorpora los tambores tradiciones y fusiona otros géneros musicales del folclor del país.

Una de esas tradiciones, es la base de su propuesta y de su conformación como grupo. Se trata de "El baile de la hamaca". Este popular ritual carnavalesco, es también conocido como "Entierro de la hamaca".

Se originó de una treta de los esclavos negros curazoleños, para ganar la libertad. Después pasó a representarse como parte de la fiesta de Carnaval, de esa isla caribeña. Desde allí llegó al barrio San Millán, recreado por inmigrantes que se establecieron en la zona.

En esa conocida localidad de Puerto Cabello, lleva celebrándose más de ciento cincuenta años. Se reedita cada lunes y martes de Carnaval, con cantos, bailes y mucha música de tambor. Es una alegre procesión que recorre buena parte de esa ciudad porteña. Un teatro bailable y festivo, que culmina con el "Entierro de la hamaca".

En sus orígenes, los esclavos negros simulaban llevar a enterrar a una persona. "El muerto" era trasladado en una hamaca, pero las autoridades españolas no revisaban. Preferían guardar silencio, en actitud de respeto. En realidad, se trataba de un esclavo que se estaba escapando en la hamaca.

Cuando se abolió la esclavitud, este episodio se volvió una chanza. Un festivo teatro con cantos, baile y música de tambor. Un ritual festivo que renace en San Millán desde 1871, en cada fiesta de Carnaval.

Las llamadas hamaqueras, mujeres del sector, son las encargadas de elaborar el vestuario y la hamaca. Estas prendas se confeccionan entre el domingo y la mañana del lunes de Carnaval.

Los vestidos de las mujeres están llenos de mucho colorido. Las camisas de los hombres, por lo general, son blancas. La mayoría de los participantes se pintan los rostros con negro humo, sobreponiendo franjas de distintos colores.

La puesta en escena comienza el lunes de Carnaval, en la noche. Un vocero anuncia la muerte del protagonista y de inmediato se inicia el velorio. "El cadáver" está dentro de la hamaca, que es adornada con flores y sostenida por un palo resistente.

Se prepara la marcha, que irá cargada de gran colorido y mucho entusiasmo. En la esquina más representativa del sector, se hace el juramento del hamaquero. Rodeando la hamaca, el colectivo expresa su compromiso de cuidar y valorar esta manifestación folclórica.

Esta es la esencia y razón de ser de Tambores de San Millán. El grupo surgió con el objetivo de apuntalar y difundir este singular ritual carnavalesco.

El día siguiente, previo al despegue de la comparsa, el compromiso se reconfirma. El recorrido va amenizado por el sonido de tambores e instrumentos atípicos, como escardillas y cuernos.

En la tarde del martes de Carnaval, tiene lugar del "entierro". La hamaca es llevada por mujeres disfrazadas, que representan a las amantes que el "difunto" tuvo en vida. Cantando y bailando, "van llorando" por el amor que le tenían.

La travesía incluye una visita al resto de la ciudad de Puerto Cabello, cantando y bailando sin parar. Llega un momento en que un hombre se acerca a la hamaca, golpeándola con un palo del árbol de vera. Al caer al suelo la hamaca, las mujeres la rodean y "comienzan a llorar".

En ese mismo momento se inicia una pelea con palos. El motivo, un hombre celoso ve a su esposa entre las mujeres que lloran al "muerto". La siguiente escena, en este teatro de calle, tiene lugar cuando un grupo hombres furiosos gritan. Lo hacen en papiamento, idioma curazoleño, profiriendo improperios por semejante traición.

Terminadas "la pelea y el dolor", comienza lo mejor del simulacro. Arranca un frenético golpe de tambor y todos los presentes comienzan a bailar. Es una escena que se repite a lo largo del recorrido.

Hacia finales de la tarde de Carnaval, el cortejo regresa a San Millán, de donde partió. La representación termina con el "entierro".

Durante todo el ritual ha participado la familia completa, con niños, jóvenes, adultos y ancianos recorriendo las calles. Cuando están por terminar, todos cantan al unísono, "ya se murió, hay que enterrarla, ya se murió, hay que enterrarla".

Más de ciento cincuenta años llevan los samillaneros celebrando el Carnaval de esta manera. Y los que faltan.

Luego de que es velada y "enterrada", la hamaca se convierte en un adorno. Se coloca en la fachada de la Casa del Tambor, en San Millán, hasta el próximo Carnaval.

En 2018, este baile fue reconocido Bien de Interés Cultural de la Nación. Cuatro años después, los habitantes de San Millán tuvieron otra importante distinción. Desde 2022, esta puesta en escena fue considerada Patrimonio Cultural Intangible, por la Gobernación del estado Carabobo.

Más adelante fue declarado Patrimonio Cultural Intangible de Venezuela. Actualmente también se le considera Patrimonio Cultural Intangible del Caribe.

Tambores de San Millán son custodios y responsables, desde 1976, de la difusión y preservación de esta bella tradición. Su labor se ha hecho sentir en toda Venezuela, específicamente en la Región Centro Norte Costera.

Durante su trayectoria musical, Tambores de San Millán ha recibido varios importantes reconocimientos. Uno de ellos fue 1996, cuando cumplía veinte años de labor profesional dentro del folclore venezolano. Ese año recibió el Premio Nacional del Consejo Nacional de Cultura (CONAC) como Mejor Agrupación Folclórica.

Más adelante, el grupo fue distinguido con otros dos importantes galardones. Uno de ellos, el premio Lanceros De Oro. El otro, el Águila Dorada.

Integrantes


Tambores de San Millán ha visto desfilar a no pocos integrantes por sus filas. Esta rotación es comprensible en un grupo musical de larga data.

Durante este casi medio siglo en la escena folclórica venezolana, una figura se ha mantenido constante. Se trata de Hermán Villanueva, líder del grupo. Este músico ha sido también importante promotor de las actividades de rescate y conservación de "El baile de la hamaca".

Como es fácil suponer en un poblado pequeño, muchos de los integrantes también son parte de una misma familia. Es el caso de los Villanueva.

Entre los músicos y cantantes que han sido parte del grupo, se mencionan los siguientes. Nancy Hernández. María Inés Villanueva, Luis Guevara, Renzo Rodríguez, Idriza Moreno, Javier Villanueva, Willmer Ramos, Harry Granadillo, Roberto Villanueva, Carlos Medina; Kelvin Rodríguez, Orlando Rivero, Fernando Fourniel y Yosgledy Bazán.

Alguien dijo de ellos que son herederos de la polirrítmica cultura musical afrocurazoleña. Pero Tambores de San Millán, como colectivo de música folclórica, ha sabido ir más allá.

Con verdadero amor a sus tradiciones, se ha convertido en un digno representante de la cultura popular sanmillanera. Y porteña. Desde allí la ha presentado con éxito a toda Venezuela. Se ganó el respeto y la admiración del país y de buena parte del Caribe.

Datos de Tambores de San Millán

  • Integrantes: Hermán Villanueva, Nancy Hernández, María Inés Villanueva, Luis Guevara, Renzo Rodríguez, Idriza Moreno, Javier Villanueva, Willmer Ramos, Harry Granadillo, Roberto Villanueva, Carlos Medina; Kelvin Rodríguez, Orlando Rivero, Fernando Fourniel, Yosgledy Bazán
  • Nombre Artístico: Tambores de San Millán
  • Donde Se Fundó: San Millán, Puerto Cabello, estado Carabobo, Venezuela
  • Nacionalidad: Venezolana
  • Género(s): Folclor musical afrovenezolano
  • Actividad: 1976 - Actualidad
  • Instrumentos: Voz, tambor cumaco, tambor corto, cuernos de vacuno, escardillas de labranza
  • Ocupación: Cantantes, músicos, promotores musicales, cultores del folclor venezolanao
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