Biografía de Santana
Santana, llamada originalmente
Santana
Blues Band, es una banda de rock formada por el famoso
guitarrista mexicano-estadounidense
Carlos Santana en San Francisco, California,
Estados Unidos, en el año 1966. A lo largo de su carrera, los
cambios en la alineación se volvieron una constante, un factor que,
lejos de debilitarla, aportó diversidad y evolución sonora,
permitiendo que cada etapa aportara nuevas influencias y
experiencias a una banda que siempre ha sabido reinventarse sin
perder su identidad.
En este proceso creativo, la creciente colaboración de Carlos
Santana con el gurú Sri Chinmoy condujo a la banda hacia un estilo
más esotérico, caracterizado por una atmósfera contemplativa y una
búsqueda musical que trascendía lo meramente popular, sin por ello
dejar de lado su raíz latina ni la vibrante energía rítmica que la
ha definido desde sus inicios.
Santana ha construido una trayectoria marcada por la prolificidad y
la aceptación global, vendiendo más de 90 millones de discos en
todo el mundo y afirmándose, con esa cifra, como uno de los grupos
con mayor número de ventas de todos los tiempos, una distinción que
refleja tanto su impacto comercial como su capacidad para conectar
con audiencias de diversos estilos y generaciones.
Este éxito comercial, sin embargo, no fue un mero accidente de la
industria musical, sino el resultado de una propuesta sonora
continua que integró elementos del rock, de la música latina y de
otras tradiciones sonoras, creando un lenguaje propio que ha
resistido la prueba del tiempo y ha influido a múltiples
generaciones de músicos y oyentes alrededor del planeta.
Inicios de Santana en la Música
Santana, que se conocía originalmente como Santana Blues Band,
comenzó su carrera en los años sesenta en San Francisco,
California, cuando un grupo de músicos se reunió con la idea de
fusionar estilos y crear un sonido propio; entre ellos estaban
Carlos Santana en la guitarra, Tom Frazier en la guitarra rítmica,
Mike Carabello en la percusión, Rod Harper en la batería, Gus
Rodríguez en el bajo y Gregg Rolie en los teclados y la voz, una
alineación que marcó la primera etapa de una trayectoria que
comenzaba a gestarse con ambición y a la vez con la incertidumbre
que acompaña a un proyecto nuevo.
La primera audición de ese equipo, que ya apuntaba a una identidad
específica dentro de la escena de San Francisco, tuvo lugar en el
Avalon Ballroom a fines del verano de 1967, un momento en el que el
público y los promotores buscaban experiencias distintas; al
concluir ese ensayo, Chet Helms, quien dirigía la logística del
evento, afirmó con bastante rigor que, si la banda pretendía
abrirse camino tocando fusión latina, les resultaría
extraordinariamente difícil hacerlo en ese circuito, incluso
sugiriéndole a Carlos que siguiera trabajando como lavaplatos para
ganarse la vida, una advertencia contundente que encendía un debate
sobre cuánto se debía arriesgar para perseguir la propia
música.
Para afianzar el sonido latino que pretendían lograr, se incorporó
un segundo percusionista llamado Marcus Malone, cuyo aporte parecía
completar la visión rítmica que buscaban; sin embargo, cuando
Santana ya empezaba a trabajar en su álbum debut, Malone había
dejado la banda, y esa salida estuvo vinculada a una condena por
homicidio que lo llevó a comenzar a cumplir su condena en la
Prisión Estatal de San Quentin, un giro que, con el tiempo, quedó
registrado como parte de la historia temprana del grupo y de su
lucha por consolidar su estilo.
En este marco, Bill Graham, quien desempeñaba un papel importante
en la organización de grandes eventos y había estado ligado a la
logística de otros hitos culturales de la época, recomendó a la
agrupación para participar en un festival que sería histórico; y
así Santana fue anunciado como uno de los intérpretes del Woodstock
de 1969, una participación que les permitió compartir escenario con
figuras tan destacadas como Janis Joplin, Richie Havens y Grateful
Dead, situando al grupo en un contexto de relevancia masiva y de
exposición pública que contribuía a forjar su identidad frente a
una audiencia global.
Género musical
Santana se caracteriza por combinar géneros y tradiciones musicales
de forma muy fluida, creando lo que a menudo se cataloga como latin
rock, además de beber del blues, el jazz fusión, el funk y ritmos
afrocubanos. En sus inicios, a finales de los 60, su sonido se
apoyaba fuertemente en la guitarra de Carlos Santana y su capacidad
para convertir riffs melódicos en puentes entre el rock y las
cadencias latinas.
Con el paso de los años, la banda fue profundizando en un enfoque
más amplio de la fusión, incorporando elementos de jazz y world
music, manteniendo una presencia rítmica marcada por percusión
latina -congas, timbales y bongós- que aporta una propulsión
rítmica distintiva.
Respecto a las letras, Santana no siempre se apoya en letras
extensas; de hecho, algunas grabaciones son prácticamente
instrumentales o con voces mínimas en frases repetitivas. Cuando
hay canciones con letra, estas suelen alternar entre el español y
el inglés, a veces con un enfoque más poético o sugerente, y otras
veces con un toque bailable o social. Uno de los rasgos
característicos es que las letras, cuando aparecen, no eclipsean la
musicalidad; suelen funcionar como un componente adicional al viaje
sonoro, mientras la guitarra lidera la narración emocional.
Trayectoria y Legado
El álbum debut de Santana vio la luz en agosto de 1969, inaugurando
una trayectoria que, a lo largo de las décadas, desplegaría un
virtuosismo desbordante, una fusión audaz y una capacidad para
reinventarse que nunca dejó de asomar entre las ideas y las
sonoridades, una mezcla de talento y riesgo que, como una corriente
constante, iría marcando cada paso de su interlocución con el
público y con la propia historia de la música.
El disco logró situarse en la cuarta posición de la lista pop
estadounidense Billboard 200 y su sencillo
"Evil Ways"
alcanzó el Top 10 de las listas, señalando que la banda había
hallado una identidad poderosa que trascendía el mero virtuosismo
técnico para comenzar a resonar con un público más amplio, diverso
y demandante, que buscaba una experiencia que integrara ritmo,
emoción y una energía colectiva que se filtraba desde la
improvisación hacia la escucha atenta de cada melodía y cada frase
de guitarra.
A partir de ahí, la historia del grupo se desarrolló con la
inmediatez de un fenómeno creciente, moviéndose entre la
experimentación sonora y el éxito comercial que exigía una
respuesta cada vez más ambiciosa, articulando una doble vía de
exploración y popularidad que les permitiría navegar entre
escenarios variados, estilos emergentes y una demanda cada vez
mayor por parte de oyentes que se acercaban a Santana desde
distintos puntos de origen y con expectativas diversas.
En 1970 Santana presentó
"Abraxas", una obra que consolidó
su lugar en la escena musical y superó la barrera del millón de
copias vendidas, un hito que parecía confirmar la validez de esa
dirección de fusión que combinaba con una naturalidad sorprendente
el rock, los ritmos latinos y las texturas psicodélicas; la fase de
grabación se inició a mediados de abril en los estudios Wally
Heider de San Francisco y se cerró a principios de mayo de ese año,
un proceso que reflejó la intensidad creativa de la banda y su
búsqueda de una sonoridad que fusionara esas inteligencias
musicales en una sola corriente, sin perder el pulso de la rítmica
y la emoción de cada interpretación.
El álbum recibió un impulso decisivo gracias a una nueva versión de
"Black Magic Woman", originalmente de Fleetwood Mac y
escrita por Peter Green, que logró situarse en el puesto n.º 4 del
Billboard Hot 100, añadiendo a la colección una pieza que
cristalizó el giro hacia una identidad más compleja y cohesiva;
publicado en septiembre de 1970,
"Abraxas" no solo
consolidó la popularidad de Santana sino que también encabezó la
lista Billboard 200, estableciendo un hito que aún resonaba en la
década siguiente y marcando un punto de referencia para las
generaciones futuras que observarían cómo una banda podía convertir
la fusión en una narrativa de éxito masivo.
Entre enero y julio de 1971 la banda se dedicó a grabar su tercer
proyecto,
"Santana III", que vio la luz en septiembre de
ese año y alcanzó la primera posición en la Billboard 200, un logro
que coincidió con la cumbre de su popularidad y con la consumación
de una etapa en la que se consolidaba una forma de hacer música que
respondía a una lógica de exploración continua y de cercanía con el
público; en ese momento, Santana vivía su cúspide de popularidad; y
"Santana III" fue el último álbum en presentar la
alineación clásica compuesta por Carlos Santana, Gregg Rolie, Mike
Carabello, David Brown, José "Chepito" Areas y Michael Shrieve.
Antes de enfrentarse al cuarto álbum,
"Caravanserai", se
produjeron varios cambios en la formación: Brown dejó la banda y
fue reemplazado por Doug Rauch y Tom Rutley; Carabello abandonó el
grupo y fue sustituido por Armando Peraza y Mingo Lewis; Rolie fue
relevado por Tom Coster en algunas piezas, una reconfiguración que
dejó ver la voluntad de la banda de seguir evolucionando aunque
ello implicara desbordar la estructura previa y abrirse a nuevas
dinámicas y colaboraciones.
"Caravanserai" irrumpió con un debut en el Top 10 de las
listas pop, en la octava posición, aunque no contaba con un
sencillo destacado, lo que subrayaba su carácter más conceptual y
experimental frente a los campeonatos de éxito anteriores y
mostraba la intención de explorar territorios sonoros distintos,
alejados de la fórmula que había asegurado su presencia en la
escena comercial.
Entre 1973 y 1979 Santana vivió una fase de experimentación y
consolidación que lo alejaría de la fórmula original para abrazar
enfoques más eclécticos, una trayectoria marcada por un deseo
continuo de reconfigurar su lenguaje y de asumir riesgos que, sin
perder su identidad, le permitieran dialogar con audiencias cada
vez más diversas. En 1973, Carlos Santana inició la publicación de
álbumes de corte más personal y las grabaciones bajo su propio
nombre, separado de la banda, un movimiento que articuló una nueva
visión de lo que era posible cuando un líder de banda se atrevía a
proyectar su propio prisma musical hacia proyectos que podían
cohabitar con la historia colectiva.
Doce o trece meses después del lanzamiento de
"Caravanserai", llegó
"Welcome", el primero de
una racha de cuatro discos consecutivos que obtuvieron la
certificación de oro, en contraste con sus predecesores que habían
alcanzado al menos el platino;
"Welcome" alcanzó el puesto
n.º 25 en la Billboard 200, el más bajo de la banda hasta ese
momento; y
"Borboletta" continuó esa tendencia hacia una
experimentación más amplia, con repercusión moderada a pesar de
escalar varias posiciones en los listados estadounidenses, dejando
entrever que la banda estaba dispuesta a sostener un viaje profundo
hacia sonoridades y atmósferas diversas, incluso cuando eso
significara una menor rentabilidad comercial a corto plazo.
El periodo de 1976 y los años siguientes mostró una fase de
consolidación comercial notable con
"Amigos", que se
convirtió en un hito significativo al ubicarse en el top 10 de
Estados Unidos y también lograr presencia estable en Francia,
Australia, Nueva Zelanda, Austria y Países Bajos;
"Festival", sin embargo, supuso un pequeño tropiezo en
medio de ese resurgimiento, antes de que
"Moonflower"
(1977) volviera a situar a Santana entre los álbumes más exitosos
de la década, alcanzando certificación de doble platino en Estados
Unidos y marcando el primer Top 10 del Reino Unido desde
"Borboletta".
Los años siguientes trajeron dos lanzamientos,
"Inner
Secrets" y
"Marathon" (1978 y 1979), que abandonaron
en parte la fusión característica y hacia un rock más convencional;
aunque lograron el estatus de disco de oro, no replicaron la
magnitud de los éxitos precedentes y, por tanto, dejaron entrever
una línea de desgaste comercial que exigía nuevos enfoques si se
quería sostener el interés de un público cambiante y cada vez más
exigente.
La década de 1980 marcó un descenso sostenido en el rendimiento
comercial, y se intentó recuperar la relevancia con
"Zebop!" (1981), que contenía el sencillo exitoso
"Winning"; y
"Shango" (1982), con
"Hold
On", pero las ventas fueron cayendo con el paso de los años,
mientras el grupo se movía entre intentos de modernizarse y
mantener la esencia que había hecho famosa a la banda;
"Beyond
Appearances" (1985) significó el primer disco de Santana que
no alcanzó el oro.
Los siguientes tres álbumes continuaron este retroceso comercial,
hasta el punto de que el grupo dejó de grabar material durante
siete años, aunque siguió haciendo giras; en 1987, Carlos Santana
superó ese bache con
"Blues for Salvador", un proyecto que
resultó premiado con un Grammy al mejor espectáculo instrumental,
demostrando que, a pesar de la caída comercial, la banda tenía la
capacidad de reinventarse y de mantener una base de talento
reconocible que podía traducirse en reconocimiento crítico y deja
constancia de una resiliencia creativa que siguió alimentando
futuras fases.
A finales de los años 90, Santana recuperó el pulso comercial con
la firma de un contrato con Arista Records y el lanzamiento de
"Supernatural", un álbum que reunió a una constelación de
invitados como The Product G&B, Maná, Rob Thomas y Eric
Clapton, entre otros, un proyecto que otorgó a la banda un
resurgimiento internacional rotundo, con el sencillo
"Smooth" situándose en el número 1 de Billboard Hot 100
durante varias semanas y acumulando nueve Premios Grammy y tres
Premios Grammys Latino, además de vender más de 25 millones de
copias en todo el mundo.
Los discos lanzados posteriormente, intentaron replicar esa fórmula
de colaboración, como
"Shaman" (2002) con artistas como
Dido; y
"All That I Am" con Steven Tyler, mientras
"Guitar Heaven" (2010) representó un cambio hacia un
sonido más pesado y cercano al heavy metal, sin alcanzar la
certificación de oro;
"Shape Shifter" (2012) devolvió la
atención al sonido más clásico de los años setenta, entrando en el
Top 20 del Billboard 200, lo que dejó entrever una continuidad en
la capacidad de la banda para reconfigurar su identidad sin perder
el anclaje de su historia.
A partir de 2013 Santana impulsó la reunificación de su formación
clásica para grabar nueva música, anunciando el objetivo de
revitalizar esa etapa histórica y de conservar la experiencia de
aquel periodo fundacional; el 6 de mayo de 2014 apareció
"Corazón", un nuevo trabajo que materializó esa intención
de retorno a sus raíces y a la sinergia de antaño, y que buscó
dialogar con el pasado y el presente para proponer una continuidad
que, sin abandonar la exploración, hiciera hincapié en la memoria
de los primeros años.
En 2016 llegó
"Santana IV", un proyecto que reunió a
Carlos Santana, Gregg Rolie, Neal Schon, Michael Carabello y
Michael Shrieve; con 16 temas originales, se destacó por su
cohesión y por la reverberación de aquella primera década, y el
primer sencillo,
"Anywhere You Want To Go", se lanzó el 5
de febrero de 2016, mientras ese mismo año la banda emprendió una
gira por España denominada
"The Magic of Santana", que
aportó una nueva validación a la vigencia del grupo y dejó entrever
que el legado podía renovarse mediante la experiencia compartida y
la energía de las nuevas generaciones que se acercaban para
escuchar esa fusión que había nacido en los años setenta.
A inicios de 2019, Santana firmó con Concord Records y lanzó
"In Search of Mona Lisa", un EP de cinco canciones,
seguido por
"Africa Speaks", producido por Rick Rubin, con
planes de continuar expandiendo su universo musical; ese año
también marcó el vigésimo aniversario de
"Supernatural" y
el quincuagésimo del
"Woodstock" original, quedando
inscrito en la memoria de la historia musical como un punto de
inflexión que consolidó a Santana como una referencia de la fusión
entre rock y latino, capaz de reinventarse sin perder la identidad
que lo hizo único. Dos años más tarde, en 2021, Santana lanzó su
siguiente disco
"Blessings and Miracles 2021".
Santana es una de las formaciones más influyentes y emblemáticas
del rock latino y de la fusión en general. Su sonido único,
fusionando rock psicodélico y blues con ritmos y timbres
latinoamericanos, dejó una marca duradera en la historia de la
música. La guitarra de Carlos Santana, con su tono cálido y su
fraseo emotivo, se convirtió en un sello distintivo que popularizó
un lenguaje musical híbrido y accesible para audiencias de
distintos orígenes.