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La fiesta la misma fiesta ya fue, me cansó Me harté me fui Me gustaba yo, me quería En aquellos dorados días narcisistas De mi egotrip
El mundo me parecía un pañuelo empapado de burundanga Embebida para ti Lo hice una dos tres Tantas veces que Era colgarme de la araña de caireles Ver la fragmentación sin final Mi desdoblamiento de personalidad Adicta y adictiva Noventa sesenta noventa! La chica menemista por la ventana al country grita, libérenla!
El peso ideal se mantiene igual Se puede canjear con tranquilidad en cualquier local Por dólares enrollados barriles pájaro empetrolados y uno más y a uno +
No tengo letras comunistas Decía la chica menemista Y ni sabía ni cedía nada
Rapapaz, el masaje de la gente no podía ceder lo que no conocía ni le pertenecía la melancolía pero le parecía más fácil de apropiar lo que olía de lejos jamón serrano marrón parado nunca salmón siempre soldado colgado
Kamikaze estalla en el acantildo de la sabiduría del mar allá será que te quieras encontrar el día fuera del tiempo cara y ceca con la noche cara y ceca con el viento que enmascara con la mente y te notes descalzo y te sepas diligente masaje suave de la gente que te está pudiendo atravesar como a un jacuzzi un rayo y si te importa o no, y si te enteras si estás listo o aun le falta un pelito tu shock eléctrico juguito. un golpe de horno a tu pavito, caldito vos querés llegar y ya que sea y tensé para cultivar la espera tenés para cultivar la ley del menor y la ley de las hembras tenés para recrear la lengua… para masajear la oreja con guitarras los labios con palabras locas y esa es la tarea de mi boca.