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Viejo café cincuentón que por la Boca existía, allá por Olavarría esquina Almirante Brown. Se estremeció de emoción tu despacho de bebidas con las milongas sentidas de Gabino y de Cazón. Histórico bodegón del priorato y del Trinchieri, donde una noche Cafieri entró a copar la reunión. Traía un dúo de cantores y haciendo, orgulloso, punta dijo: "Aquí traigo una yunta que cantando hace primores". Y con acento cordial fue diciendo medio chocho: "Este mozo es el Morocho y éste Pepe el Oriental"... Un aplauso general al dúo fue saludando y el Morocho iba templando lo mismo que el Oriental. Templaron con alegría sus instrumentos a fondo, y el silencio era tan hondo que ni las moscas se oían.... Y entre aplausos, vino y chopes, y esta vuelta yo la pago, iba corriendo el halago tendido a todo galope. "A mi madre", "La pastora", "El moro" y otras canciones golpeaban los corazones con voces conmovedoras. Ah, café de aquel entonces de la calle Olavarría, donde de noche caía allá por el año once... De cuando yo, en mi arrabal, de bravo tuve cartel. el Morocho era Gardel y Razzano el Oriental.