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Me pides resignación, que ya no importa, Que me acostumbre a vivir sin tu presencia que sea feliz mi existencia entre los brazos de otra Pero no es fácil mi amor, No es poca cosa porque eres tú el gran amor de mi vida Y hoy emprendes la partida dejándome el alma rota Y es que no entiendes que no es fácil aceptar, esta derrota, Que me destruye los cimientos del orgullo, Siendo tan tuyo este amor que no se agota Vivo anhelando los besos que ayer me diste, Con ansias locas y cada día crece, crece el sentimiento, El sufrimiento desde lejos se me nota.
Me pides ya no te busque, que ya no importa, Lo que tuvimos ha llegado a su destino que quedemos como amigos y aceptemos la derrota Me es difícil asumir, que se hace angosta la puerta aquella que dio entrada a nuestro amor, Sin entender por qué muere nuestra relación hermosa.
Si ya vencimos los tropiezos de un principio y fue grandiosa, La bendición de tenernos mutuamente, Yo respetándote siendo tu mi dulce esposa,
Quiero pensar que el tiempo te traerá a mí, y reconforta, Pero mirándote cada día vas más lejana, La cruel angustia en mi ser más se alborota
Letra de La Derrota
Me pides resignación, que ya no importa, Que me acostumbre a vivir sin tu presencia que sea feliz mi existencia entre los brazos de otra Pero no es fácil mi amor, No es poca cosa porque eres tú el gran amor de mi vida Y hoy emprendes la partida dejándome el alma rota Y es que no entiendes que no es fácil aceptar, esta derrota, Que me destruye los cimientos del orgullo, Siendo tan tuyo este amor que no se agota Vivo anhelando los besos que ayer me diste, Con ansias locas y cada día crece, crece el sentimiento, El sufrimiento desde lejos se me nota.
Me pides ya no te busque, que ya no importa, Lo que tuvimos ha llegado a su destino que quedemos como amigos y aceptemos la derrota Me es difícil asumir, que se hace angosta la puerta aquella que dio entrada a nuestro amor, Sin entender por qué muere nuestra relación hermosa.
Si ya vencimos los tropiezos de un principio y fue grandiosa, La bendición de tenernos mutuamente, Yo respetándote siendo tu mi dulce esposa,
Quiero pensar que el tiempo te traerá a mí, y reconforta, Pero mirándote cada día vas más lejana, La cruel angustia en mi ser más se alborota