Es la tercera vez que el cantante español realiza un concierto en
tierras israelíes, pero es su cuarto concierto en la nación judía y
no podría estar más encantado con el recibimiento que le dieron los
más de 50.000 aficionados que asistieron a su evento.
A pesar de las malas noticias que provienen de Israel, estas no han
sido un factor a la hora de decidir tocar aquí -muchos artistas
cancelan sus conciertos en Israel por presión del movimiento
palestino de Boicot Desinversión y Sanciones (BDS), que piden las
instituciones, artistas, consumidores, que corten relaciones con
Israel hasta que se retire de los territorios ocupados-.
“Yo sigo la política como cualquier otra persona, pero no significa
que no pueda cantar en un país por su política. He tocado en
muchísimos países, algunos de ellos en conflicto, y lo he hecho
durante toda mi carrera”, explicó Enrique Iglesias.
El cantante español posee más de 20 años de experiencia en el medio
artístico, algo que el mismo creía imposible al comenzar su
carrera. “Si a los 18 me hubieran dicho que 20 años después,
estaría tocando temas que compuse a los 16, hubiera dicho que era
una locura” expresó Iglesias.
Entre los más de cincuenta mil asistentes, muchísimas chicas
adolescentes pero también un considerable número de chicos, hombres
y niños, y probablemente más de cincuenta mil teléfonos móviles
iluminando la noche cálida en el Parque Haayarkón de Tel Aviv.
La banda de Iglesias, integrada por un elenco internacional de
músicos, de Salvador de Bahía, Los Ángeles, y Tel Aviv, estuvo
también acompañada en el concierto por el cantante cubano Descemer Bueno, con el que
cantó el éxito “Súbeme la radio”, junto al cantante israelí
Rotem Cohen.
A la pregunta de si tras veinte años escribiendo canciones de amor
Iglesias se imagina otros tantos años con el mismo tema, el
cantante sonrió y dijo que no se lo había preguntado, “pero por
ahora sí”. Y añadió que ahora lo tiene fácil “porque soy la persona
más feliz del mundo”.