Britney Spears se encontraba de vacaciones cuando fue detenida en el aeropuerto de Los Ángeles por activar los detectores de metal.
Spears, quien viajaba con sus hijos Sean y Jayden Federline, hizo sonar los sensores de seguridad mientras intentaba acceder a la sala para tomar su vuelo, las alarmas se disparaban cada vez que ella pasaba, a pesar de haberse despojado de la mayoría de sus prendas.
Los agentes del aeropuerto pensaron que lo que alteraba el detector era el sombrero o los lentes de la cantante, pero una vez que se los quitó, éste seguía sonando, por lo que fue sometida a un control manual que dio resultado negativo, permitiéndole acceder a la sala de espera y tomar su avión minutos después.