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El trago que una vez me envenenó también sirvió de antídoto para curarme. Lo que nunca pensaste sucedió que pudiera soltarme de tu amarre.
En mi peor momento, tú me dejaste solo y así te vi partir ahogándome en el lodo.
Me humillaste al extremo y clavaste mis manos y ahora estoy frente a ti, pero sin los clavos.
Ya yo encontré la cura para sacar tu veneno. Me ayudaron los besos de otra boca. Ayer por culpa tuya, por poco yo me muero. Si piensas que aún te quiero, te equivocas.
El trago que me diste ayer a beber, ahora te lo sirvo a ti. Perdona si es amargo, pero dice una ley que todo lo que siembras lo cosechas aquí.
El trago que me diste ayer a beber, ahora te lo sirvo a ti. Perdona si es amargo, pero dice una ley que todo lo que siembras lo cosechas aquí.
Y que tú pensabas que aún controlabas... ¡Ruede por ahí!
Ya yo encontré la cura para sacar tu veneno. Me ayudaron los besos de otra boca. Ayer por culpa tuya, por poco yo me muero. Si piensas que aún te quiero, te equivocas.
El trago que me diste ayer a beber, ahora te lo sirvo a ti. Perdona si es amargo, pero dice una ley que todo lo que siembras lo cosechas aquí.
El trago que me diste ayer a beber, ahora te lo sirvo a ti. Perdona si es amargo, pero dice una ley que todo lo que siembras lo cosechas aquí.
Y que tú pensabas que aún controlabas... ¡Ruede por ahí!
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